NUESTRA NECESIDAD DE CONSUELO ES INSACIABLE

Prólogo

En estas dos historias hay una mujer muerta.

 

A Barthes le pasaba lo mismo. Basta que me diga: voy a escribir para que sólo me ocurran cosas banales, pedestres, efímeras. Y pensar que momentos antes me pensaba trascendente.

Había una vez en un pueblito de la pampa una hermosa casa grande que siempre brillaba al sol. En ella vivía una familia completa. El padre, la madre, y dos preciosas niñitas.

Mi muy estimada presidenta

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