I
Soy Telma and Louise. Estoy en el Parque Rivadavia con mis dos hijos. Son hijos de un viejo matrimonio mío, lo había olvidado.
II
Veo.
III
Son tres chicos, no, miento, son tres huérfanos, tres chiquitos escapados del reformatorio, tres ahogaditos llegados a la playa, tres pingüinos empetrolados, tres gatitos abandonados en un baldío, tres ratoncitos Pérez, de los Pérez que no figuran en guía porque no tienen teléfono.
IV
Es un tipo vestido correctamente con traje oscuro, no, miento, es una manada de elefantes grises con los colmillos apuntando al camarógrafo de Discovery, un millón de hienas jaraneando a mandíbulas batientes, el ejército entero de los hunos visto por Cinemascope, la polvareda desatada por el hongo atómico de Hiroshima y congelada en la fotografía de la japonesita que corre desnuda hacia Occidente.
V
Ahora la escena se pone en movimiento. Más bien se muestra apresurada. Exactamente si tengo que ser precisa, una parte de la escena (los que están delante) trata por todos los medios de sacar ventaja con respecto a la otra parte (quien si no redobla sus esfuerzos quedará fuera de foco).
VI
Telma and Louise han bebido de las aguas del Arbol del Conocimiento. Atila se encuentra a las puertas de Bizancio, Lorca en la cuneta a punto de ser fusilado por los falangistas, Pinochet entrando en el Palacio de la Moneda / los muchachos peronistas con las patas en la fuente / y apareciendo por la derecha / los hocicos de los gorilas.
VII
Desde las ramas de un árbol seco una lechuza lanza un chillido / En un insólito abismo se abren las nubes / Una luz rosada cae sobre mí cuando me paro en el centro del círculo de sal / Un coro de lobos aullantes saluda el amanecer / Estoy semidesnuda, una piel alrededor de la cintura, el pelo revuelto, los senos al aire.
En una mano llevo un arco y una flecha. En la otra, una antorcha flameante que despide larga espiral de humo negro.
VIII
En el silencio espectral de la llanura avanzo hasta el borde del círculo. Allí apoyo los pies, y de cada uno brota una raíz que perfora la baldosa como ácido y se entierra en las profundidades del planeta. El magma ardiendo las alcanza, pero son raíces duras como piedra y allí se quedan.
IX
El bárbaro era un bólido fuera de cauce / un torrente desorbitado / la piedra movediza de Tandil aplastando a la provincia de Buenos Aires pampa húmeda / seca y serranías interiores.
X
-Aaaaaltoooo!!!!
XI
-Es una orden.
XII
Enorme confusión.
XIII
De entre el revoltijo de niebla y humo emerge un brazo justiciero.
Apenas un chasquido y el corazón del bárbaro está palpitando en el suelo / DIVIDIDO2 / todos tus muertos.
XIV
Me abro paso entre los lobos, que han dejado de aullar y están parados en dos patas ensayando lo que estallará en soberbia ovación. Comienzo a caminar morosamente hacia el horizonte.
Antes de volverme un punto fijo en el centro de su pantalla
guauuu me sacudo la espesa cabellera y
convoco las palabras de mi madre:
"Te voy a dar un sopapo / que no vas a saber de dónde viene".